José.A.Peral

     MENOS MAL QUE LA VIDA ESTABA ALLÍ PARA DEFRAUDARME

He tenido la gran suerte de, puntualmente, tener muy mala suerte. A lo largo de toda mi vida adulta, personas, sociedades, ideologías, poderes fácticos y situaciones nunca me han fallado a la hora de fallarme, provocándome decepciones y desencantos de todo tipo, algunos de ellos profundamente dolorosos. 

 

¡Y menos mal! Sin ellos, no me hubiera visto obligado a aprender todo lo aprendido ni enfrentarme a todos los obstáculos que me impedían seguir avanzando. ¡Benditas decepciones! Sin ellas no superaríamos ninguna de nuestras malditas autolimitaciones.

 

Pero he tenido una suerte todavía mayor que la de padecer muchas decepciones: la de irme construyendo conocimientos y herramientas para utilizar cada problema como trampolín a mayores logros que meramente superar esas decepciones.


Y a eso me dedico profesionalmente: a compartir con personas, organizaciones y sociedades todo aquello que me permitió superar todas y cada una de mis dificultades y salir de cada decepción infinitamente más feliz y satisfecho de lo que entré.  


Decía Schopenhauer que el destino mezclaba las cartas, pero que nosotros las jugamos. Desde los 35 años he tenido el privilegio de ayudar a mejorar su juego a personas a las que les habían tocado en el reparto mejores o peores cartas que a mí, desde adolescentes con fracaso escolar a CEOs brillantes, desde familias desestructuradas o víctimas de adicciones a profesionales de éxito, de víctimas de violencia de género a inmigrados sin papeles. Mi máximo orgullo es que me han dejado ayudarles a ganar sus partidas, superando el vicio de quejarse de las cartas que el azar del reparto les pusiera en las manos.


Hace más de una década que invierto todo mi tiempo e ilusión en transformar los problemas en retos, la angustia en ilusión, la resignación en motivación. Para mí el Coaching es la alquimia que transforma la mierda que ensucia nuestros fracasos en el estiércol que alimenta los jardines de nuestros sueños más deseados. Nada me haría más feliz que compartir esta alquimia mágica contigo.


¿CRISIS = OPORTUNIDAD? 
PUES DEPENDE DE LO QUE HAGAS CON ELLA

Empecé en 1.998, cuando el sistema educativo me defraudó tan profundamente que redujo a cenizas la que siempre creí que fue mi vocación: profesor de secundaria.


Gracias a esa profunda decepción me vi obligado a descubrir una nueva misión, y me ilusioné hasta la pasión con la animación sociocultural primero y la interculturalidad y la cooperación internacional después. Pero mi compromiso y sueños pronto se dieron de bruces con un nuevo muro: la incompetencia, burocracia y politiqueos de la más baja estopa de las administraciones públicas. 29 años, y segunda vocación hecha añicos.


Ante la opción de resignarme o carcomerme de resentimiento, opté por seguir buscando y, tras un año de docencia universitaria en el extranjero, me encontré de rebote con un nuevo reto: la gestión de programas de inserción laboral para adolescentes con fracaso escolar, inmigrados y parados de larga duración. Y aunque a día de hoy sigo dedicándome a ello, desde el principio noté que nada de lo que hacía producía los cambios ambiciosos y las transformaciones profundas que mi labor debería requerir, por muy decorosos que fueran los resultados obtenidos. 


Me faltaban herramientas y métodos que comprendí que las entidades y organizaciones responsables de aportarlos jamás lo harían, y así se me presentó de nuevo la disyuntiva inherente a toda crisis: o me resigno impotente / me mosqueo como una mona enrabiada, o utilizo la decepción como trampolín a mejores escenarios.


Por suerte, por cuarta vez, opté por la segunda opción, y me lancé a corazón abierto a infinidad de cursos, seminarios y masters de Coaching, Mentoring, Terapia Breve Sistémica, Inteligencia Emocional, Ontología del Lenguaje... que me han llevado hasta la que (por ahora) es mi vocación definitiva: la Formación (la mayúscula no es gratuita) y el Coaching y Mentoring personal y ejecutivo. Y, de paso, a los años más rotundamente felices de mi vida personal y profesional.


La misión de mis actuales pasiones profesionales no es otra que compartir contigo todo aquello que me permitió, a lo largo de todas mis crisis personales y profesionales, huir de la resignación o la desesperanza y abrazar con toda mi alma la ambición e ilusión que supone el reto de superar toda decepción. A fin de cuentas, el Coaching –por lo menos, el mío- no es más que el arte de convertir las dificultades no en problemas angustiantes, sino en retos motivadores. 


¿Las crisis son oportunidades? No siempre, nunca per se: depende de lo que hagamos con ellas. Las decepciones son una mierda, para mí es un hecho; también que esa misma mierda podemos transformarla en el estiércol que alimente nuestros mejores jardines. Y yo me limito a ofrecerte herramientas y métodos para transformar la una en lo otro.


¿Quieres saber más de mi trayectoria formativa y experiencia acumulada?

VIDA PROFESIONAL CONCRETAR UNA CITA
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